Si tú me amas, no
llores más por mí...
Si conocieras el misterio insondable del cielo
donde me encuentro...
Si pudieras ver y sentir lo que yo siento y veo
en estos horizontes sin fin y en esta
Luz que todo alcanza y penetra, tú jamás
llorarías por mí.
Estoy ahora absorto por el encanto de Dios y
por sus expresiones de infinita belleza.
En confrontación con esta nueva vida, las cosas
del pasado son pequeñas e insignificantes.
Conservo aún todo mi afecto por ti y una
ternura que jamás pude en verdad revelarte.
Nos quisimos entrañablemente en vida pero todo
era entonces muy fugaz y limitado.
Vivo en la serena expectativa de tu llegada un
día... entre nosotros.
Piensa en mí en tus luchas diarias; piensa en
esta maravillosa morada donde no existe la muerte y donde estoy junto a la
Fuente inagotable de la Alegría y del Amor.
Si verdaderamente me amas, no llores más por
mí...
¡ESTOY EN PAZ!
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