Rutina
Estoy cansado de trabajar y
ver a la misma gente cuando camino a mi trabajo todos los días; de pasar
horas eternas en mi oficina. Llego a casa y mi esposa sirvió lo mismo de
la comida para cenar. Voy a entrar al baño, luego paso a mí recamara, quiero
recostarme y ver la tele tranquilamente, pero mi hija no me deja, porque quiere
jugar conmigo; no entiende que estoy cansado.
Mi padre también me molesta
algunas veces y entre clientes, esposa, hija y padre, me vuelven loco. “Quiero
paz". Lo único bueno es el sueño, al cerrar los ojos siento un gran alivio
de olvidarme de todo y de todos".
- "Hola vengo por
tí"
-Quién eres? ¿Cómo
entrastes?
- "Me manda Dios por
ti. Dice que escuchó tus quejas, y tienes razón, es hora de descansar"
- Eso no es posible, para
eso tendría que estar. . .
- "Así es, lo estás.
Ya no te preocuparás por ver a la misma gente, ni por aguantar a tu esposa con
sus guisos, ni a tu pequeña hija que te molesta, ni escucharás los consejos de
tu padre".
- Pero que va a pasar con
todo?, ¿Con mi trabajo?
-"No te preocupes, en
tu empresa ya contrataron otra persona que ocupa tu puesto; y por cierto, está
felíz por que no tenía trabajo".
- ¿Y mi esposa, y mi bebé?
-"A tu esposa le fue
dado un buen hombre que la quiere, respeta y admira por sus cualidades, el cual
acepta con gusto todos sus guisos sin reclamarle nada. Además, se preocupa por
tu hija y la quiere como si fuera de él, que por cierto tiene una emoción muy
grande ya que él es estéril; por muy cansado que llegue del trabajo, dedica
tiempo a jugar con ella y son muy felices".
- No, no puedo estar muerto
. . .
- "Lo siento la
desición fué tomada"
- Pero eso significa que
jamás volveré a besar la mejilla de mi bebé, ni a decirle "te amo" a
mi esposa, ni a darle un abrazo a mi padre. No, no quiero morir, quiero vivir,
envejecer junto a mi mujer, no quiero morir aún...
-"Pero es lo que
querías . . . . descansar. Ahora ya tienes tu descanso eterno; duerme para
siempre".
- No, no quiero morir. ¡Por
favor, Dios. . .!
"Que te pasa amor?
Tienes una pesadilla?", Dijo mi esposa, despertándome.
- No . . . no fue una
pesadilla, fue otra oportunidad . . .
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