#1 Ser mujer te libera de los problemas sexuales
Que las problemáticas sexuales de los hombres sean más populares que las de las mujeres no significa que estas últimas no existan. De hecho, a la hora de la intimidad, las mujeres pueden experimentar dificultades para excitarse o tener un orgasmo, o también sentir dolor.
#2 Ellos sienten más deseo
He aquí otro gran mito. La verdad es que, cuando de mantener relaciones sexuales se trata, hombres y mujeres tienen necesidades bastante similares. ¿No sientes deseo? Debes saber que este problema tiene más que ver con tu relación de pareja que con el hecho de ser mujer.
#3 Después de la menopausia, tu apetito sexual caerá en picada
Esta no es una verdad universal. Algunas mujeres hallan en esta etapa la flor de susexualidad. ¿Por qué? Tienen la posibilidad de disfrutar de la intimidad sin la preocupación, por ejemplo, de quedar embarazadas. Así que, ¡a no desestimar esta etapa!
#4 El orgasmo es la única manera de quedar satisfecha
Muchas mujeres declaran hallar más disfrute en el juego previo y en el abrazo posterior que en el propio orgasmo. Es más: si no pueden disfrutar de estas instancias –por más que hayan tenido el orgasmo más fuerte de sus vidas– no se declaran satisfechas. ¿Que el orgasmo es el único camino al placer? ¡Patrañas!
#5 ¿Estás en tu período? ¡Pase libre!
Si piensas que no puedes quedar embarazada durante la menstruación, estás muy equivocada. Una vez dentro de tu cuerpo, el esperma puede vivir varios días. Por tanto, si ovulas pronto...
#6 Si él sale antes de eyacular, ¡no pasa nada!
A estas alturas, ya está más que comprobado que este método no es para nada efectivo. Y es que los hombres suelen liberar esperma antes de llegar al clímax. Así que, ¡no abandones el preservativo!
#7 El gemido es la única manera de manifestar tu placer
El gemido es una de las manifestaciones más frecuentes y naturales del placer. Pero, la verdad es que no siempre podemos hacer tanto ruido. En este caso, no debes privarte de expresar tu bienestar; recuerda que siempre tienes la posibilidad de canalizarlo a través de tus gestos o tu mirada.
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